miércoles, 9 de marzo de 2011

El Hombre y La Mujer

En la narración sencilla
del Génesis, he leido
que a Adan, estando dormido,
Dios le sacó una costilla.


Refiere la tradición,
y el tello calla exprofeso,
que al quitarle Dios el hueso
se le arrancó el corazón;


y con él, aún palpitante,
hizo a la mujer primera,
timida, pura, hechicera,
de amor y de fe radiante.


Y por eso, con franqueza,
algún escritor ladino
llama al sexo femenino
"un corazón sin cabeza".


Y el filósofo Platón,
allá en sus lucubraciones,
define así a los varones:
"cabezas sin corazón".


Y por eso en un momento
resuelve el hombre sentir,
sin que lo llegue advertir,
siente con el pensamiento.


Y si, en muy rara ocasión,
la mujer quiere pensar,
sin llegarlo a sospechar,
piensa con el corazón.

Ricardo Carrasquilla

sábado, 5 de marzo de 2011

Enamorarse y no

Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.

Mario Benedetti