Nada más delgado…
que el filo de un silencio
Muy grande la cruz…
para quien no ve la luz
Muy amargo el sabor…
de no sentir el calor
ni sufrir el dolor…
de abrigar un gran amor
Es la actitud de vivir
la que sin tregua pelea
desnuda frente a la gran platea
de quien solo es espectador…
Pues si de amores se trata
no hay vaina que nos proteja
ni cuchillos que se contengan
ante sublime batalla…
en la que solo dos bastan…
destinos imprevisibles
que en subastas se la juegan…
a ganar o morir.
María Laura Feraco
No hay comentarios:
Publicar un comentario