martes, 11 de septiembre de 2012

A CONTRATIEMPO
    Hoy busco en el dolor del sentimiento,
 perdida la mirada, en el espejo cruel del recuerdo, 
y huyo del reproche, porque la nada duele como el silencio.

    Yo fabriqué tus alas y te marchaste lejos,
tú me robaste el alma por un momento,
y la encontré perdida en ese rincón del tiempo,
que todo lo puede y todo lo olvida.

    Se nos fue la vida intentando vivirla a contratiempo.
    Probablemente nunca fue y, sin quererlo,
cegados por la luz de una mentira vestida de verdad,
creamos el amor en el intento inútil de crear un sueño,
y en un cruce cualquiera de cualquier camino,
dejé de buscarte y nos perdimos.
    No sé si has vuelto atrás las páginas del olvido,
pero el dolor aprieta más, cuanto más vivo,
y a lomos del horizonte,
perdido entre los ojos del destino te fuiste con el sol,
y yo,
llevé la luna conmigo.
Autor Desconocido

martes, 10 de abril de 2012

Palabra No Dicha: Llorar a Lágrima Viva...

Palabra No Dicha: Llorar a Lágrima Viva...: Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabili...

Llorar a Lágrima Viva...

Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Oliverio Girondo

martes, 7 de febrero de 2012

El Amor Despues Del Amor

Llegará el día
en que, exultante,
te vas a saludar a ti mismo al llegar
a tu propia puerta, en tu propio espejo,
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Otra vez amarás al extraño que fuiste para ti.
Dale vino. Dale pan. Devuélvele el corazón
a tu corazón, a ese extraño que te ha amado
toda tu vida, a quien ignoraste
por otro, y que te conoce de memoria.
Baja las cartas de amor de los estantes,
las fotos, las notas desesperadas,
arranca tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Haz con tu vida un festín.


Derek Walcott

jueves, 19 de enero de 2012

Piú Avanti, Lidia!!!

No te des por vencido, ni aún vencido,
no te sientas esclavo, ni aún esclavo.
trémulo de pavor, piensate bravo,
y acomete feroz, ya mal herido.


Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.


Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua, y no la implora...


Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!

Almafuerte -Pedro Bonifacio Palacios

jueves, 12 de enero de 2012

Estados De Animo

A veces me siento
como un águila en el aire
(de una canción de Pablo Milanés)
Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas


unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano


a veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas


pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones


una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces


sereno en mi confianza
confiado en que una tarde
te acerques y te mires
te mires al mirarme.
Mario Benedetti

miércoles, 11 de enero de 2012

La Noche Oscura Del Alma

En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.


A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡oh dichosa ventura!
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.


En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.


Aquésta me guiaba
más cierta que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.


¡Oh noche que me guiaste!,
¡oh noche amable más que el alborada!,
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!


En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.


El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.


Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

San Juan de la Cruz (1542-1591)